El aceite de oliva es uno de los alimentos básicos de la dieta mediterránea. En España nos vanagloriamos de ser el principal productor de este auténtico oro líquido. Sin embargo, la gran mayoría de nosotros seguimos desconociendo las cualidades, las funciones, los beneficios, los orígenes, las variedades… del aceite.
Precisamente, este desconocimiento hace que corran por las redes numerosos falsos mitos o fake news sobre este auténtico elixir de salud. Que si no sirve para cocinar, que si engorda, que si es muy caro, que si no caduca… Bulos sobre el aceite de oliva virgen extra (AOVE) que desvirtúan los beneficios que tiene un producto que constituye la base de la Dieta Mediterránea, considerada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Desde Olis Bargalló seguimos nuestra labor de dar a conocer nuestro más preciado alimento. En este nuevo artículo, despejamos las dudas sobre las leyendas urbanas más extendidas en torno al AOVE.
El aceite de oliva engorda y es malo para el corazón
En los años 70 se reprodujo un mantra que catalogaba al AOVE como algo malo, un alimento graso nocivo para las dietas saludables. Posteriormente, innumerables estudios científicos avalan todo lo contrario: el aceite de oliva es un excelente aliado de nuestro corazón y de nuestra salud. Es cardiosaludable, gracias a sus numerosos ácidos grasos monoinsaturados, además del ácido oléico. Sobre el mito de si engorda, conviene recordar que como aceite no deja de ser una grasa. Sin embargo, el aceite no tendría un efecto negativo sobre nuestro peso si mantenemos una vida saludable; evitamos los fritos en exceso y hacemos al menos 1 hora de ejercicio regular.
El buen aceite tiene que ser de color verde y oscuro
No exactamente. Puede tener ese color, efectivamente, pero no tiene por qué. De hecho, el color no es un indicador de la calidad del aceite. Si no fuera así, las catas de aceite no se realizarían con vasos opacos (el color no debe alterar la percepción del catador). El color dependerá de la variedad de aceituna con la que se elabore, de su grado de maduración, del clima o del tiempo transcurrido desde su recolección hasta que se procesa, y de otros aspectos. Hay excelentes aceites que tienen matices más claros y no por ello dejan de ser buenos.
Un AOVE es de calidad si se ha solidificado
Los mejores AOVE deben envasarse en envases opacos, tanto de vidrio oscuro como en latas, para evitar la oxidación y el envejecimiento del aceite de oliva, así que, poder comprobar que el líquido se ha solidificado ya es un mal presagio sobre su calidad.
Pero además, el hecho de que el aceite se congele a bajas temperaturas es algo que ocurre con todos los aceites. De hecho, otros aceites refinados de baja calidad también presentan ese fondo espeso y blanquecino en los meses más fríos. Por lo que esta cualidad no es indicativo de la calidad.
El aceite no caduca
El aceite es como un ser vivo, que evoluciona. Siempre es más recomendable tomarlo fresco, y no dejar pasar más de dos años desde su extracción y embotellado para consumirlo. Y es que, el aceite poco a poco va perdiendo propiedades, tanto organolépticas como de viscosidad. Por ello es tan importante conservarlo correctamente.
El AOVE no sirve para cocinar o para freír
Todavía hoy hay personas que nunca cocinan (sobre todo fritos) con aceite de oliva porque piensan que no es bueno, que “se quema” antes. Efectivamente, hay otros aceites muy recomendables para las frituras, como nuestro Bargasol. Pero lo que hace de Bargasol el aceite perfecto para los fritos es, precisamente, una característica que emula la principal propiedad del AOVE: el alto oleico. El aceite Bargasol está compuesto por ácidos grasos monoinsaturados, lo que le permite resistir mucho mejor la fritura a altas temperaturas (hasta 220ºC). Estos ácidos grasos monoinsaturados son los que hallamos en el AOVE, por eso, tiene el “punto de humeo” o de sobrecalentamiento superior al de otros aceites.
El aceite de oliva es caro
El precio del aceite de oliva en España es variable según la producción. Comparado con otros aceites es efectivamente más caro que los demás. Sin embargo este análisis no deja de ser simplista. El aceite de oliva cunde mucho y proporciona mucho sabor, por lo que es un aliado en nuestra mesa que siempre va a dejar su toque. Además, apostar por este auténtico “oro líquido”, por esta joya de la gastronomía, es apostar por la calidad. ¿Tiene precio la calidad?