La salud siempre nos ha preocupado, pero en los tiempos que corren, todavía nos preocupa mucho más. Tener unas defensas fuertes, que puedan luchar contra virus y bacterias es imprescindible a cualquier edad. Y nada mejor que cuidar y fortalecer las nuestras defensas que con una correcta alimentación. 

En este sentido, en nuestra dieta el mejor aliado para combatir dolencias es el aceite de oliva virgen extra. Para todos es sabido que es un auténtico “súper alimento”. Lo ha sido a lo largo de la historia y ahora con investigaciones y estudios científicos lo hemos podido corroborar con datos. De hecho, varios estudios ya han demostrado que el consumo regular de esta grasa vegetal es positivo para el sistema óseo, porque estimula el crecimiento y la absorción de calcio; para el sistema endocrino, porque mejora las funciones metabólicas; o para el aparato circulatorio, porque ayuda a prevenir la acumulación de tejido graso en los vasos sanguíneos que puede desembocar en ataques cardíacos o problemas cerebrales. 

Desde Olis Bargalló en varias ocasiones ya te hemos hablado de éstos y otros beneficios que tiene para nuestra salud consumir a diario el aceite de oliva virgen extra, pero hoy nos queremos centrar en cómo afecta a nuestras defensas. 

Ahora ya hace casi una década, investigadores de la Universidad de Jaén, también corroboraron científicamente que el zumo de oliva facilita la defensa del organismo frente a infecciones bacterianas en mayor medida, por ejemplo, que el aceite de pescado, incluso cuando este organismo se encuentra bajo de defensas. 

De hecho, nuestro sistema inmunológico es la defensa que tiene el cuerpo contra todo tipo de infección. Fortalecer este sistema inmunológico es la clave para combatir un montón de dolencias. Es, como se suele decir, tener unas defensas de hierro. Porque cuando se encuentra fuerte, el  sistema inmunológico destruirá toda bacteria o virus que quiera invadir el cuerpo. Por eso, uno de los beneficios más destacados del aceite de oliva es mantener el sistema inmunológico siempre activo. 

Se consigue gracias a que el aceite de oliva virgen extra -no cualquier tipo de aceite- tiene poderosos antioxidantes así como nutrientes básicos para mantener sano y fuerte el organismo. Solo así, éste estará protegido ante toda dolencia.

En definitiva, el aceite de oliva virgen extra ayuda a nuestro sistema inmune de varias maneras:

El aceite de oliva contiene sustancias antioxidantes como ocoferoles (vitamina E), y fenoles, además está compuesto mayoritariamente por ácido oleico, fundamental en la aportación de propiedades y beneficios del aceite de oliva. Por eso, las grasas del aceite de oliva virgen extra mantiene el sistema inmune en mejores condiciones que otros ácidos grasos como la omega-3. 

Ahora y siempre, fortalece tu cuerpo con el oro líquido, el aceite de oliva virgen extra.

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