[vc_row][vc_column][vc_column_text]2020 fue un año que no olvidaremos, pero entre todas las cosas que pasaron, a los que nos dedicamos con mundo del aceite y del olivo, no olvidaremos que la UNESCO declaró oficialmente el 26 de noviembre como Día Mundial del Olivo. 

 

La efeméride ya se celebraba desde hacía años, pero la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) no lo declaró oficialmente hasta el año pasado. Este organismo considera el olivo, originario del Mediterráneo, como un símbolo de paz, sabiduría y armonía. Pero, además, para la UNESCO, el olivo contribuye al desarrollo económico y social sostenible de los pueblos. Siendo, además, una fuente de salud y de buena nutrición. 

 

De hecho, si algún cultivo caracteriza la cuenca mediterránea, es el del olivo, un árbol originario de la Asia Menor perfectamente adaptado al clima de esta zona, resistente a los calores extremos de los veranos y con una gran variedad de especies. 

 

El impacto económico del olivo 

 

La declaración del Día Mundial del Olivo por parte de la UNESCO también tiene sus objetivos económicos, aparte del reconocimiento oficial. Y es que, el organismo considera que esta celebración “contribuirá a la protección de este árbol milenario y a la preservación de su valor perenne”. 

 

Los datos de la UNESCO muestran un gran impacto económico del olivo. Desde 1995 se plantan de media cada año en torno a 40 millones de olivos. Lo que supone unas 154.000 hectáreas adicionales de olivares. La producción mundial de aceite de oliva durante la campaña 2020/2021 fue de unas 3.086.500 toneladas. Y de esta producción mundial, a saber: España es el país que mayor cantidad de aceite de oliva produce en Europa. El Estado, de hecho, lidera la producción y comercialización. Y Olis Bargalló contribuye en estos datos, por eso, para nosotros la declaración del Día Mundial del Olivo también es un hecho muy importante. 

 

El olivo contra el cambio climático

 

Pero el olivo no solo son números. Es un cultivo que ayuda a luchar contra el cambio climático. ¿Por qué el olivo combate el cambio climático? Porque constituye una barrera contra la erosión y la desertificación. 

 

El olivo captura más CO₂ de la atmósfera del cual genera y requiere de poca agua para lo cual. De este modo, tiene efectos positivos para el medio ambiente, puesto que emite una menor cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera del cual captura.  

 

Y es que, el olivo no solo produce el aceite de oliva, la grasa vegetal más saludable, el auténtico oro líquido, sino que también su cultivo es beneficioso para el medio ambiente. 

Así que, celebramos todos este 26 de noviembre.

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